Muchas veces, al aventurarnos en el mundo del podcasting, tenemos que enfrentarnos con una dura realidad: no mucha gente escucha podcast. Puede ser muy deprimente, especialmente para alguien que empieza, el trabajar por varias horas o días en un episodio de nuestro programa para que sea solo escuchado por 4 gatos que suelen ser amigos o conocidos que quieren echarte una mano.

La mayoría de podcasters tenemos que aprender a lidiar con ello pues, a menos que seas alguien que ya contaba con una buena cantidad de seguidores previos, lo más probable es que tengas que empezar a construir tu fanbase de cero y eso toma tiempo.

A veces tampoco hay recursos suficientes para invertir en publicidad o puede que el publicitarse no funcione como esperamos. Lo mejor que podemos hacer es producir buen contenido para que los oyentes que vayamos ganando se queden y sean ellos los que nos ayuden a llegar a más gente. ¿Cómo? A través de la forma más efectiva de publicidad que existe: el boca a boca.

No olvidemos que el podcast es un producto de nicho, es decir, se hace para un público específico, que por lo general es también bastante reducido. Más aún si tomamos en cuenta que no todos saben qué cosa es un podcast y puede resultar hasta complicado explicarlo.

Cada vez que empecé un Nuevo podcast tuve que enfrentarme al trance de ver las pocas descargas que lograba o la baja participación de los oyentes. Era deprimente. No podía evitar pensar que perdía mi tiempo y que quizá si me dedicaba a otra cosa como Youtube podría llegar a más gente. Es en ese momento en que uno se pregunta: Por qué hago esto? 

En mi caso, mis ganas de seguir pudieron más, porque a fin de cuentas, lo hacía porque de verdad lo disfrutaba. Y asi lo hice. Claro, también hay otros que deciden ahorrarse la molestia y tiran la toalla, como ocurrió con algunos amigos con los que hacía podcast. Al final del día éramos mi micrófono y yo, y todo estaba bien en el mundo.

Con el tiempo iban llegando más oyentes, de a pocos, pero algo es algo. Y de ahí que necesitemos mantener la constancia pues tarde o temprano alguien podría toparse con nuestro contenido, aunque sea por accidente, y el que seamos constantes puede determinar el que decidan quedarse o no.

Cuando de verdad te gusta algo no dejas de intentarlo. ¿Estás pensando apagar el micro? Dale otra oportunidad. Mientras seas constante, tengas buen contenido y hagas tu programa con cariño, siempre habrá alguien dispuesto a escucharte.