Para algunos expertos, el formato de un podcast puede determinar no solo que tantos oyentes puedas captar sino que tantos puedas mantener a largo plazo. Y cuando se trata de este medio, los formatos son tan diversos como los televisivos o cinematográficos, aunque la idea es que, finalmente, uno puede hacer lo que le sea más cómodo. Si tienes dudas sobre cuál deberías elegir para tu programa, te comentaré sobre los más populares, quizá te dé una idea.

Uno de esos es precisamente la entrevista. Quizá su popularidad se base en lo práctica que puede ser cuando se trata de producir contenido para tu show, pues dependiendo de cómo vaya fluyendo la conversación con el entrevistado, el trabajo de edición puede ser mínimo (intro, entrevista, cierre). Y cuando se hace podcast como un pasatiempo o un proyecto secundario, ahorrar tiempo nunca viene mal.

No sólo eso, como cada entrevistado tiene una perspectiva distinta sobre el tema que vayas a tocar, no vas a quedarte sin cosas que decir sobre ese mismo tema. Además, cada invitado al programa traerá consigo a sus seguidores, que por escuchar lo que éste tenga que decir quizá puedan darse el tiempo darle una probadita a algún otro de tus programas, si lo que escucharon gustó.

Claro está, no siempre es fácil coordinar una entrevista, uno depende del tiempo y los horarios del invitado. No siempre podrá hacerse en persona, que es lo ideal para mantener una buena calidad de audio y hacer que la conversación sea más fluida. Si tu entrevistado vive en otra ciudad o país, vas a tener que recurrir a internet y con todas las actualizaciones que Skype o Google Hangouts puedan tener, la calidad de la llamada no siempre es la mejor, y a veces eso no puede arreglarse en la edición.

Toma en cuenta también que programas de entrevistas hay muchos, y es posible que si tú estás entrevistando a alguien, algún otro podcaster se te haya adelantado. Lo mejor que puedes hacer es escuchar entrevistas previas para evitar preguntas comunes y tocar temas que no hayan sido tocados antes.