Hacer podcast requiere mucho trabajo y dedicación, sobre todo si lo hacemos por nuestra cuenta. Pero a veces, en nuestro afán de producir el programa perfecto, terminamos dejando de lado las cosas realmente importantes.
Por lo general, cuando preparamos un nuevo episodio de nuestro programa, dependiendo del formato, dedicamos la mayor parte del tiempo a la edición. Arreglar las voces, añadir música y efectos… se nos pueden ir varias horas en ello. A veces, la edición nos toma mucho más tiempo del que nos tomó preparar el programa y ahí es donde está el error.
Cuando preparemos nuestro programa debemos dedicar la mayor parte del tiempo a la preparación del contenido, es decir, a investigar sobre el tema que trataremos, reunir datos interesantes, información útil para nuestros oyentes. No olvidemos que, a final de cuentas, es por eso que nos escuchan.
¿Eso quiere decir que descuidemos el audio? Claro que no. Sonar bien es muy importante, pero con sonar bien es suficiente. No necesitamos tener una calidad de estudio profesional para lograr un sonido aceptable.
Nuestra recomendación: Trata de mantener una proporción de 80/20. Es decir, dedica un 80% del tiempo a la preparación del contenido, y un 20% a la edición de audio. ¿Cómo hacer ello? Digamos que dedicas unas 5 horas semanales a hacer podcast, incluida la grabación. Trata de dedicar al menos unas 4 horas a documentarte sobre el tema, reunir contenido que necesitas para hacer el programa más nutrido posible. La hora restante puedes usarla para grabar y/o editar tu programa.
Ten siempre en cuenta al hacer podcast que si un programa no ofrece nada interesante a los oyentes, no importa qué tan bien suene o cuántos efectos tenga, nadie le prestará atención y mucho menos lo recomendarán.
Recuerda, el podcast de calidad es el que nos deja algo al final y no el que suena más bonito.