El podcast en su forma más pura y simple: un conductor frente al micro hablando de lo que sea que se le ocurra. Mientras que los muchos otros formatos tienen muchas semejanzas con la radio convencional, el “podcast solista” es el que más se aleja de la radio, así como también el que más se acerca. La radio está plagada de programas con un solo conductor, pero es realmente raro que alguno de ellos pueda dar su propia opinión. Generalmente se limitan a leer noticias o presentar canciones. Ahí es donde el podcast marca una abismal diferencia: el conductor puede hablar de lo que sea.

Aquí no hay reglas, uno puede dedicarse a hacer monólogos con o sin guión sobre el tema de su preferencia. ¿Puede tener invitados ocasionales? Claro que sí, eso ayudará a que el formato sea más dinámico, pero la mayoría de veces estarás solo.

¿Ventajas? Libertad total. Gracias cuando quieras, donde quieras. No dependes de los horarios de los co-conductores o invitados porque no hay. Además, al ser solo tú, se construye una relación más personal con el público pues ya no son testigos de una conversación entre terceros, sino un diálogo directo contigo, por decirlo de alguna forma.

Eso sí, esto demandará un poco más de esfuerzo pues básicamente estarás hablándole a alguien pero esa persona no te podrá responder. Ten bien ordenadas tus ideas para evitar divagar demasiado y confundir a tus oyentes.