Para cerrar esta saga de los formatos más interesantes para hacer podcast, hablemos del más histriónico. Pero antes, un poco de historia. Cuando la radio empezaba a masificarse a inicios del siglo 20, los programas más populares eran las radionovelas. Luego, en octubre de 1938, la transmisión teatralizada que hiciera Orson Wells de la obra Guerra de los Mundos, cambió la percepción de lo que un trabajo de este tipo podía lograr en los oyentes.

Puede hacerse de muchas formas. Puedes dividir una historia en varias entregas, digamos, un libro. También podrías trabajar historias o relatos cortos, uno para cada episodio. Por supuesto, esto demandará mucho trabajo de producción: guiones, efectos de sonido, actores de voz…

La principal ventaja, además de tener poca competencia, es que, si está bien hecho, es altamente adictivo y tus oyentes tendrán que escuchar cada episodio para no perder el hilo de la historia.

El podcast teatro es también una gran forma de ejercitar la pluma (o el teclado) pues convertir un libro o un cuento en un guión de teatro requiere escribir, y mucho. Si estás interesado en la escritura de no ficción, este formato será un excelente ejercicio.